ESTADO DE SÃO PAULO: Río Tietê © United States

Perspectivas

La naturaleza humana, visualizada

¿Cómo balanceamos el desarrollo y la conservación en un planeta finito?

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Cuando hablamos de proteger a la naturaleza, muchos imaginan un bosque  envuelto en niebla, o algún otro bello paisaje “intacto”, aun no afectado por las actividades humanas. Sin embargo, hay muy poco en este planeta que esté realmente “intacto” -el 95 por ciento de la superficie del planeta, descontando las regiones polares, ha sido modificado por los seres humanos.

Sea porque se ha desmontado un terreno para cultivar alimentos o construir ciudades, o porque se ha fragmentado un hábitat para poner una carretera o una vía del tren, el desarrollo humano ha cambiado la superficie del planeta de muchas maneras. 

Con todo, los terrenos que han cambiado poco o han sufrido impactos moderados siguen siendo clave para la biodiversidad y la naturaleza. Si queremos preservar la diversidad de los hábitats de la Tierra y apoyar a las comunidades humanas y silvestres que dependen de ambas, debemos proteger y manejar esas áreas tanto como hacemos con los paisajes prístinos. 

Equilibrar la protección de la naturaleza con las crecientes necesidades humanas requerirá una planeación minuciosa y un entendimiento más complejo de cómo estamos alterando el planeta. Los mapas que siguen muestran hasta dónde ha cambiado la superficie terrestre, qué cambios pueden esperarse a futuro, y qué está impulsando estos cambios.

 

I. Nuestro impacto en la naturaleza: ¿Qué queda de la Tierra?

Los seres humanos hemos transformado la Tierra. Nuestro impacto alcanza la superficie terrestre en múltiples formas, como urbanizaciones, agricultura, energía, minería y expansión de la infraestructura. Estos mapas muestran dónde está ese 50 por ciento del planeta que ha sido modificado en forma alta o moderada. Muestran que, para realmente salvar el planeta, estos lugares moderadamente modificados—es decir, donde los humanos hemos dejado una marca, pero en los que todavía hay algunos terrenos silvestres—son tan importantes para la conservación como las últimas áreas prístinas que quedan.

EL ESTADO ACTUAL DE LA TIERRA EN EL PLANETA

Países
Países Nicolas Rapp/TNC

Salvar las áreas prístinas no basta

Conservar la naturaleza en estos lugares moderadamente modificados, que componen la mitad de los sistemas naturales y de los países, supone una enorme oportunidad para asegurar un futuro más sostenible para las personas y para el planeta.

II. Presiones futuras sobre la tierra: ¿Cómo abrimos espacio?

Se calcula que la producción económica global se duplicará a lo largo de las próximas dos décadas, y se invertirán billones de dólares en nueva energía, en minería y en infraestructura por todo el mundo. ¿Cómo balancear ese crecimiento y satisfacer las necesidades humanas al tiempo que aún conservamos la naturaleza de la que depende toda la vida?

©Nicolas Rapp/TNC

EN SURAMÉRICA PODRÍA DUPLICARSE

PRESIONES FUTURAS SOBRE LA TIERRA: ¿CÓMO ABRIMOS ESPACIO? ¹Las tierras con una presión alta para el desarrollo son las mapeadas con alta factibilidad para la expansión de desarrollos para un sector dado. Nota: Los datos no incluyen a la Antártica

III. Planear para un planeta mejor

Debemos planear si queremos un equilibrio entre la naturaleza y el desarrollo. Esto implica que debemos entender mejor qué está impulsando los cambios en tierra y dónde están ocurriendo. Si bien se espera que la agricultura siga siendo uno de los motores importantes, el desarrollo de energía e infraestructura en el futuro podría impactar más tierras que la agricultura y el crecimiento urbano combinados.

Proteger a la naturaleza ya no puede ser cosa solamente de los ambientalistas. Planear mejor requerirá de la colaboración a lo largo y ancho de la sociedad y, en particular, de los sectores económicos más importantes y de los ministerios gubernamentales que los regulan.

Áreas bajo presión

En Norteamérica y el sur de Asia, las crecientes necesidades energéticas serán muy probablemente las que impulsarán el nuevo desarrollo. Este desarrollo, incluyendo las muy necesarias energías renovables, debe ubicarse con cuidado para evitar tierras que son almacenes naturales de carbono y proporcionan hábitat natural para la vida silvestre.

PRESIONES FUTURAS POR LA AGRICULTURA

 

ÁREAS BAJO PRESIÓN

En Suramérica y el África Subsahariana, se espera que la agricultura sea un motor del cambio de uso del suelo, especialmente para los cultivos de exportación -los commodities- como la soya. Sin embargo, la ciencia, la economía y las prácticas de conservación muestran que es factible aumentar la producción de alimentos sin convertir más hábitat natural en tierras cultivables.

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Datos apoyados en:
·Christina M. Kennedy, James R. Oakleaf, David M. Theobald, Sharon Baruch-Mordo and Joseph  Kiesecker, Managing the middle: A shift in conservation priorities based on the global human modification gradient, Global Change Biology, 25, (2019).
·James R. Oakleaf, Christina M. Kennedy, Sharon Baruch-Mordo, James S. Gerber, Paul C. West,  Justin A. Johnson and Joseph Kiesecker, Mapping global development potential for renewable energy, fossil fuels, mining and agriculture sectors, Sci Data 6, 101 (2019).
Mira las herramientas prácticas aquí: Evaluación global de riesgos por el desarrollo