Colorful small boats are anchored in calm water
MAREA PELIGROSA: La flota pesquera se encuentra amarrada cerca de Ancón. © Jason Houston

Perspectivas

Cambio de rumbo

Después de que su pesquería casi colapsara, una comunidad peruana comienza a recuperar sus recursos y a planificar su futuro.

Por Julian Smith

A 5 MILLAS NÁUTICAS DE LA COSTA CENTRAL DE PERÚ, José Luis Barrón clasifica un cerro de caracoles de mar mientras su pequeño bote de madera se mece y balancea en oleajes de dos metros de altura. Unos 10 metros detrás de él, las bandadas de aves marinas oscurecen las desnudas laderas de la Isla Grande, una de las pocas islas rocosas que forman parte de un área marina protegida. El aire está saturado con los chillidos de las aves y el olor a amoniaco del guano.

Junto a Barrón, un compresor oxidado bombea aire a su buzo a través de una manguera que corre por el lado y se adentra en el agua. A unos 15 metros de profundidad, Demetrio Martínez usa la manguera para respirar mientras se desplaza por el fondo, recogiendo caracoles y guardándolos a su ‘capacho’, una bolsa de malla. El trabajo de Barrón es clasificar la captura, mantener el barco fuera de las rocas de la isla y comunicarse con Martínez a través de una serie de tirones en la manguera que funcionan a forma de señas, todo al mismo tiempo.

Con oleajes tan altos, solo cuatro de las dos docenas de embarcaciones de pesca de buceo de Ancón salieron hoy. Permanecer en el muelle puede ser una decisión difícil, ya que los pescadores dependen de la venta de su pesca diaria para mantener a sus familias.

Otro pescador en la escena, Rogelio Méndez, cuenta que casi todas las especies aquí eran más abundantes cuando él comenzó a bucear hace 40 años: peces, caracoles, pulpos, cangrejos. "Era como una competencia para ver quién podía sacar el máximo provecho del mar. No teníamos ninguna disciplina, ninguna responsabilidad con el recurso". Ahora se está pescando menos de casi todo, dice.

Es por eso que The Nature Conservancy (TNC) ha estado trabajando con los extractores de mariscos de Ancón durante cuatro años, para entender e impulsar el manejo comunitario de sus zonas de pesca de manera más eficaz y provechosa.  El proyecto piloto está utilizando el conocimiento empírico de los marisqueros y la experiencia técnica de TNC para ayudar a las comunidades pesqueras, y finalmente a todo el país, a tomar decisiones para restaurar las pesquerías y mantenerlas viables en el futuro.

ESCAPADA: A menos de 50 km de Lima, Ancón es un lugar popular para paseos de fin de semana y veraneos en la playa para los habitantes de la capital. © Jason Houston
LOS SALARIOS DE LA JORNADA: El sol se pone sobre el mercado de productos pesqueros en el muelle de Ancón. © Jason Houston
ESCAPADA: A menos de 50 km de Lima, Ancón es un lugar popular para paseos de fin de semana y veraneos en la playa para los habitantes de la capital. © Jason Houston
LOS SALARIOS DE LA JORNADA: El sol se pone sobre el mercado de productos pesqueros en el muelle de Ancón. © Jason Houston

LA PESCA ES UNA ACTIVIDAD ECONÓMICA MASIVA QUE EMPLEA a una décima parte de la población mundial, tanto directa como indirectamente. También suministra aproximadamente el 20 por ciento de la proteína animal para casi la mitad de la población mundial. Sin embargo, un tercio de las pesquerías del mundo están sobreexplotadas, lo que conduce a la disminución de las capturas de pescados y mariscos hasta que la pesca se convierte en una actividad poco rentable. Las prácticas de manejo sostenible, como las tallas mínimas de captura, los límites de captura y los cierres temporales de zonas de pesca, pueden ayudar a recuperar las poblaciones de peces y garantizar mejores capturas. Esto es crítico para reducir los impactos humanos sobre los ecosistemas oceánicos y asegurar los medios de vida de cientos de millones de personas.

Gran parte de la pesca mundial se realiza a pequeña escala, y es gente como Méndez, Barrón y Martínez quienes tienen un efecto directo e inmediato en los ecosistemas marinos locales. En Perú, la pesca artesanal y de pequeña escala proporciona casi el 80 por ciento de los pescados y mariscos que se consumen en el país. Es una actividad de alto riesgo para la salud y de gran importancia para la economía familiar que, como mínimo, emplea a unas 50.000 personas en comunidades costeras como Ancón, ubicada a 37 kilómetros al norte de Lima. Las playas del balneario se llenan los fines de semana del verano, pero casi todos los días los pescadores salen a pescar  con líneas y anzuelos, redes y mangueras de aire, y vuelven para vender sus capturas en el muelle municipal.

La presencia de los fenómenos de El Niño y La Niña extremos han afectado a todos los segmentos de la industria pesquera peruana, dice Matías Caillaux, especialista en pesquerías del Programa de Océanos de TNC en Perú. El mal tiempo ha incrementado el número promedio de días en que los pescadores no pueden salir a pescar y ganar el sustento del día. Los cambios en la temperatura del agua son más pronunciados, lo que puede hacer que las poblaciones de especies sensibles como el pulpo caigan drásticamente.

Otro desafío para la pesquería artesanal de Perú es que los recursos pesqueros de las comunidades costeras son de acceso abierto, con pocas restricciones y limitado control y fiscalización. Ante esta realidad, comunidades como la de Ancón han tomado el toro por las astas y han avanzado en la autorregulación de sus actividades pesqueras. Cuando las capturas de peces y mariscos comienzan a disminuir, los ingresos caen y los riesgos aumentan, muchos grupos de pescadores alrededor del mundo tomaron la decisión de cambiar la forma en que operan. Pero las dificultades económicas, la debilidad organizacional y la falta de conocimiento científico y la carencia de datos pueden dificultar que las comunidades pesqueras puedan manejar sus pesquerías de manera sostenible.

Tampoco es realista hacer una reforma completa del sistema de manejo de pesquerías del país de un día para el otro, añade Caillaux, enfatizando que aquí las decisiones se toman a nivel de la comunidad, y ahí es donde los esfuerzos de conservación deben centrarse. Por eso TNC ha empezado a trabajar con grupos de pescadores muy unidos, como el de Ancón, y a aprender las mejores maneras de ayudarlos a administrar sus recursos antes de pasar a una escala mayor. "El océano tiene una capacidad limitada para proporcionar recursos pesqueros", dice Caillaux. "No es infinito. Para crear una vida más estable para estas comunidades, el primer paso es recuperar las poblaciones de peces y mariscos y estabilizar la pesca."

Ricardo Rojas empaca un pulpo, una de las especies más valiosas, para su comercialización. © Jason Houston
Demetrio Martínez le entrega un ‘capacho’ con su captura a su compañero en el barco. Martínez fue uno de los primeros buzos marisqueros en las islas de Ancón. © Jason Houston

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sobre cómo FishPath ayudó a esta comunidad a gestionar su pesquería (en inglés).

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TNC EMPEZÓ A TRABAJAR CON LOS PESCADORES DE ANCÓN EN 2015. "Decidimos empezar el trabajo en pequeña escala y aprender", dice Caillaux. "Si no podemos hacer que funcione aquí, será difícil lograrlo en otra parte". Ayudó mucho que los marisqueros de Ancón, con 65 miembros, estuvieran inusualmente unidos en comparación con otros lugares, con líderes fuertes que ya eran conscientes de que algo tenía que cambiar.

La mayoría de los pescadores que operan cerca de las islas costeras de Ancón practican la pesca de recursos bentónicos, en la cual los buzos, como Barrón y Martínez, usan dispositivos tipo “hookah” para respirar mientras recolectan especies del fondo como pulpos, caracoles, cangrejos, chanques y lapas, todo a mano. Pueden permanecer sumergidos durante una hora a la vez, y por lo general pasan de tres a cinco horas en el fondo durante una faena de pesca. Es un trabajo difícil y peligroso. Los equipos rudimentarios pueden causar problemas de salud como la enfermedad por descompresión y afecciones pulmonares.

Casi al mismo tiempo que TNC comenzó a trabajar en Ancón, la organización y sus socios estaban desarrollando FishPath, un proceso diseñado para ayudar a tomar decisiones de manejo para pesquerías que no cuentan con muchos datos históricos. La herramienta en línea y el proceso de participación utilizan alrededor de 130 preguntas sobre prácticas pesqueras y la biología de los recursos—como por ejemplo, la escala de las operaciones de pesca, las dinámicas de las flotas y las series de captura históricas—para recomendar las opciones más eficaces para recopilar datos de pesca y sugerir formas de aumentar los niveles del stock, tal como los cierres rotativos, explica Jono Wilson, científico líder en pesca de TNC para FishPath. Luego ayuda a los usuarios a codificar esas recomendaciones en un plan de manejo personalizado.

FishPath no es solo la herramienta de software, dice Carmen Revenga, líder de la estrategia global de TNC de pesquerías. Es un sistema para interactuar con las comunidades para ayudarlas a tomar decisiones por sí mismas. ''El proceso es el componente más importante de la herramienta."

El objetivo inmediato de The Nature Conservancy era ayudar a los buzos a obtener datos sólidos sobre la salud actual de sus pesquerías locales. El monitoreo de la población ocurre cuando las condiciones son mejores para la pesca: marea baja, poco oleaje, viento débil y buena visibilidad. TNC trabajó con pescadores para recolectar muestras de pulpos, caracoles, mejillones, cangrejos y otras especies.

ESPACIO PARA CRECER: Para mejorar las poblaciones de especies comerciales como cangrejos, caracoles y pulpos, los marisqueros de Ancón, Perú, han acordado un sistema de cierres alternativos en sus zonas de pesca, dando tiempo para que las especies se recuperen.

“A veces vamos con los pescadores” dice Alexis Nakandakari, especialista en conservación marina del Programa de Océanos de TNC en Perú. Él trabaja regularmente con la comunidad pesquera local. "Hasta ahora han estado de acuerdo (con esto) ya que recopilamos datos para el análisis y no para controlar sus actividades de pesca". Explica que es importante reconocer su independencia, y agrega que los pescadores entienden que los datos son fundamentales para tomar decisiones acertadas.

En febrero de 2015, TNC se reunió con los pescadores para hablar sobre la biología del pulpo y la importancia de cumplir con los límites legales de peso mínimo.

“De repente, al final de la reunión, comenzaron a discutir sobre la escasez de recursos bentónicos en las islas y la necesidad de cerrar uno de los caladeros, para probar si la medida funcionaría y el tiempo que tardarían en recuperarse las especies bentónicas”, dice Nakandakari. Después de algo de debate, la mayoría acordó cerrar una de las islas, llamada La Isleta, como prueba, y le pidieron a TNC que les ayudara a evaluar los resultados de la medida.

Después de cinco meses, la densidad de la población de caracoles había aumentado en un 50% en seis lugares de prueba. En base a estos resultados, los pescadores decidieron mantener La Isleta cerrada por más tiempo y reabrieron sus aguas casi un año después.

Según Caillaux, monitorear la composición por tallas y el peso promedio y la densidad de población de una especie hace más fácil ajustar la duración de los cierres y permite que el proceso sea más flexible. “La idea es que, si la talla promedio aumenta, la densidad aumenta también, entonces hay espacio para aumentar la pesca. Pero si las mismas caen, también deberían responder consecuentemente y reducir la pesca. Son procesos e indicadores muy sencillos y que permiten adaptarse fácilmente”.

Quote: Carmen Revenga

FishPath no es solo la herramienta de software. Es un sistema para interactuar con las comunidades para ayudarlas a tomar decisiones por sí mismas.

Líder de Estrategia Global de Pesquerías, TNC

Una herramienta en línea guía el análisis de una pesquería específica y sugiere medidas de manejo eficaces, tales como límites de captura, restricciones de aparejos y talleres de capacitación. Los instructores de FishPath pueden asesorar a los pescadores sobre cómo podrían implementar tales prácticas.

Tener acceso a dicha información permite a las comunidades pesqueras que se están autorregulando a tomar mejores decisiones por sí mismas. Los pescadores que ayudan a realizar su propio monitoreo y entienden la razón detrás de los límites de captura y otras restricciones están más comprometidos a cumplir con ellos, dice Fernando Ghersi, director del Programa de Océanos de TNC para Perú.

“Es extremadamente importante generar confianza”, explica. “Tienes que respetar su autonomía y ser transparente y honesto. Al final, ellos son los responsables de sus recursos”.

Se hizo evidente que los cierres temporales rotativos eran la regulación más eficiente para implementar y mejorar las poblaciones de mariscos en Ancón, dice Nakandakari. “Los cierres son muy claros y fáciles de seguir; no hay ambigüedad ni posibilidad de error no intencional”. Los pescadores entendieron que tratar de aplicar reglas y límites en el muelle, una vez desembarcada la captura, puede crear tensiones entre ellos y hacia los inspectores.

En  2019, aproximadamente la mitad de las zonas de pesca alrededor de Ancón permanecieron cerradas por uno o dos meses, y los stocks y la captura por pescador aumentaron. El cumplimiento se fomenta a través de presiones sociales y multas. El incumplimiento de las reglas es raro, pero aun ocurre, especialmente después de largos períodos de mal tiempo o antes de feriados o la época escolar, cuando los pescadores necesitan dinero en efectivo más de lo habitual.

Además de los cierres rotativos, los pescadores de Ancón han estado dispuestos a adoptar otras medidas de manejo responsable, como los límites de captura y los límites de talla. “Ahora vamos directamente a una zona que hemos estado cuidando por un tiempo y tomamos solo lo que necesitamos”, dice Héctor Samillán, presidente de la Asociación de Extractores de Mariscos y Pesca Submarina de Ancón (AEMAPSA), TNC ha sido de gran ayuda para nosotros. Ya habíamos realizado algunos intentos de autorregulación por nuestra propia iniciativa, pero siempre sentimos que nos faltaba algo, y creo que fue la contribución técnica que aportó TNC”.

El chef José Fernández prepara el ceviche ‘Anconero’, un ceviche clásico hecho de muchas de las especies capturadas en Ancón. © Jason Houston
MERCADO EN CRECIMIENTO: TNC ayuda a los marisqueros de Ancón a mejorar su posición en el mercado. Los pescadores aspiran a vender sus capturas directamente en el mercado de pescado más grande de Lima. © Jason Houston

TRABAJAR CON LA COMUNIDAD PESQUERA DE ANCÓN HA TENIDO sus altibajos, dice Nakandakari, pero la tendencia general es positiva y las lecciones básicas son claras. Una de ellas es que las organizaciones de pescadores no tienen suficientes recursos como para financiar largos estudios de manejo, por lo que el apoyo técnico y financiero de organizaciones externas ayuda a sostener sus esfuerzos de manejo de las pesquerías.

También es importante ayudar a los pescadores a depender menos de los vaivenes del mercado de productos pesqueros. Entre los marisqueros de Ancón, el entusiasmo por los esfuerzos de conservación aumentó cuando los tiempos eran buenos y cayó cuando los niveles de captura disminuyeron.

Como la mayoría de los pescadores vive en base a sus ingresos diarios, sin seguros ni ahorros suficientes, TNC también está trabajando para identificar otras actividades que podrían generar fuentes alternativas de ingresos cuando los marisqueros no puedan salir, como los servicios de mantenimiento de botes.

A pesar de que las pesquerías no están completamente recuperadas, dice Caillaux, los niveles de captura mejoraron durante los primeros dos años del programa y permanecieron estables a pesar de los eventos climáticos de El Niño.

En última instancia, los miembros de la comunidad pesquera desearían mejorar su posición en la cadena de suministro y recibir mejores precios por sus capturas. “Nos gustaría internacionalizar nuestro producto y exportarlo directamente a otros continentes”, dice Samillán, bebiendo café con su colega pescador Méndez en un pequeño restaurante al aire libre en el muelle municipal.

Pero primero deben ampliar su acceso a los mercados locales.  La docena o más de pequeños puestos de pescado cerca del muelle compran directamente a los pescadores, pero en este momento solo dos de los restaurantes más grandes del pueblo lo hacen, incluido el llamado Pepe Cangrejo, dirigido por un antiguo buzo. Aumentar esa lista ayudaría a los pescadores a tener mejores  ingresos, por lo que TNC ha estado hablando con compradores y chefs de restaurantes de renombre mundial de Lima sobre los productos del mar manejados de manera responsable. Este año, esperamos que tres pescadores participen en un experimento de venta directa a los restaurantes de Lima de productos como pulpo, caracol y cangrejo.

Quote: Fernando Ghersi

La experiencia en Ancón ayudará al gobierno peruano a configurar una política integral para el manejo comunitario de la pesca de pequeña escala en todo el país.

Director del Programa de Océanos de TNC para Perú

EN GENERAL, EL PROYECTO PILOTO DE ANCÓN HA SIDO una historia de éxito, dice Ghersi. “Los pescadores entienden mejor el estado de sus recursos pesqueros y cómo sus decisiones benefician a su base de recursos. También están mejor equipados para establecer compromisos de manejo como grupo y cumplirlos”. Desarrollar planes de manejo a nivel local es un nuevo enfoque, que requiere la cooperación con las autoridades regionales y nacionales, incluido el Instituto del Mar del Perú (IMARPE).

'”No se trata solo de peces, se trata de la comunidad”, dice Ghersi." La comunidad es el lugar donde se produce el cambio. La pregunta es, cómo podemos diseñar una política que trabaje para las comunidades, para que sean parte de la solución de manejo y la conservación”. La experiencia en Ancón y otros sitios piloto también ayudará al gobierno peruano a configurar una política integral para el manejo comunitario de la pesca de pequeña escala en todo el país, dice Ghersi. Si todo va bien, esperamos que esta política esté formulada hacia fines de 2021. “No es un proceso simple, pero creemos que este es el camino a seguir”.

En el área de Ancón, el uso de FishPath se ha ampliado para desarrollar estrategias de manejo para las poblaciones de la pintadilla, cabrilla y trambollo, con el objetivo general de ampliar su uso en al menos 12 especies en Perú hacia fines de 2021. El programa también se está utilizando en otros países.

Las cosas han estado funcionando bien hasta el momento, dice Méndez, mientras las gaviotas giran en el aire con olor a sal. “Hemos aprendido mucho de TNC y continuamos haciéndolo. Si ellos todavía están aquí dentro de 50 años, estaría bien para nosotros”. Hoy el oleaje estaba demasiado fuerte para salir, pero el pronóstico de mañana se ve más prometedor.