Proporcionar agua y alimentos de forma sostenible
El Gran Chaco: Sanar la naturaleza a través de sistemas alimentarios regenerativos
El Gran Chaco se extiende a través de Argentina, Bolivia, Paraguay y Brasil, abarcando una superficie que duplica la de España. Es uno de los últimos reductos de biodiversidad que quedan en el mundo y alberga el mayor bosque seco de América del Sur. Investigaciones recientes descubrieron que hay 19 veces más carbono almacenado aquí de lo que se estimaba anteriormente, lo que lo convierte en uno de los mayores sumideros de carbono del planeta. Sin embargo, el raro bosque seco del Gran Chaco es una de las ecorregiones más amenazadas del mundo.
El 80% de la deforestación actual de Argentina se produce en el Gran Chaco, en gran parte debido a la producción de soja y carne de vacuno a gran escala. Cultivar lo mismo año tras año ha llevado a suelos sobreexplotados y desnutridos que dependen de los fertilizantes sintéticos para ser productivos, perpetuando un ciclo de agotamiento. Los bosques que antes servían de corredores para especies como los jaguares y los osos hormigueros gigantes están desapareciendo. Estos cambios no solo amenazan la biodiversidad, sino que repercuten drásticamente en la capacidad de la región para adaptarse al cambio climático y hacer frente a las catástrofes naturales. Menos árboles significa temperaturas más altas, elevadas emisiones de carbono y suelos secos y agotados que son más propensos a erosionarse durante las inundaciones o sequías, amenazando no solo la calidad y cantidad de agua local sino también la seguridad alimentaria de la región.
Pero está surgiendo una nueva tendencia. En 2015, TNC comenzó a trabajar con los agricultores locales y las operaciones agrícolas convencionales más grandes para introducir el concepto de agricultura regenerativa. La estrategia se basa en el principio de devolver a la naturaleza los recursos necesarios para la producción de alimentos —suelos sanos, agua, biodiversidad— para que la tierra pueda producir de forma continuada y, al mismo tiempo, secuestrar carbono y mejorar la resistencia al clima.
El agricultor Martín Olivera es uno de los campeones de la agricultura regenerativa en la provincia de Santa Fe. Permite que sus vacas pasten en praderas o pastizales naturales en lugar de desbrozar la tierra para convertirla en pasto. Como resultado, su ganado come más sano y tiene sombra que lo protege del calor abrasador del Gran Chaco. A cambio, el ganado fertiliza el ecosistema y contribuye a la propagación de semillas, todo lo cual mantiene el bosque sano creando un círculo virtuoso en lo que TNC llama el paisaje bioalimentario del Gran Chaco. Martín también repone los nutrientes de su suelo plantando pequeñas plantas superficiales entre las hileras de cultivos. Conocidas como cultivos de cobertura, estas plantas no se cosechan para obtener ingresos, pero ayudan a incorporar minerales al suelo para contribuir a aumentar la productividad general y evitar la erosión.
Proyectos similares en México, América Central, Colombia y Brasil —dirigidos por TNC en colaboración con miles de productores como Martín— están demostrando que la producción de alimentos aumenta cuando se maneja respetando el delicado equilibrio ecológico del que depende, creando un cambio positivo para las comunidades, las economías y la vida silvestre.
Quote: Dr. Qu Dongyu
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