Proteger el agua desde la fuente para mantener sanos el Chile mediterráneo y el planeta
Chile tiene una de las cinco ecorregiones mediterráneas del mundo, y sus inviernos templados y sus veranos secos y cálidos ofrecen las condiciones ideales para la agricultura y otras actividades productivas. El “mediterráneo” chileno cubre 20 por ciento de la superficie del país, es hogar para el 75 por ciento de su población y es el nodo agropecuario nacional. Como muchas de las regiones mediterráneas, enfrenta el reto de tener menos agua mientras que la demanda crece. También se ha visto afectado por la sobreexplotación de los afluentes, lo que está dañando la ecología de sus cuencas hidrológicas y poniendo en riesgo a la naturaleza, la biodiversidad y a la gente.
El cambio climático ha traído consigo eventos climáticos extremos, incluyendo sequías, deslaves, inundaciones e incendios forestales que han afectado a la naturaleza, a las ciudades y a toda la población. En 2015, el Índice de Riesgo Climático Global colocó a Chile entre los diez países que más padecen el cambio climático. En ningún lado es esto más patente que en la cuenca del Maipo, en el centro del país. The Nature Conservancy, con apoyo del banco HSBC, está creando un Fondo de Agua de Santiago para proteger los humedales y la vegetación nativa de la zona, mejorando con ello la calidad del agua para la naturaleza y para la gente.
Los fondos de agua son un modelo innovador de conservación basado en amplias alianzas que invierten en infraestructura natural y verde. El río Maipo nace en la ladera occidental del volcán que le da nombre, y baja desde la cordillera de los Andes hasta el océano Pacífico. Su cuenca abastece el 80 por ciento del agua que se consume en Santiago, la capital nacional, además de que los sectores agrícolas e industriales que componen casi la mitad del producto interno bruto chileno dependen de su cauce.
La cuenca del Maipo está pasando por una situación delicada por la acción directa del hombre y por el cambio climático. Los científicos calculan que la disponibilidad del agua se reducirá en 40 por ciento antes de 2070, además de que disminuirá la superficie de los glaciares, lo que agravará la situación. A pesar de ello, menos del cinco por ciento de la cuenca del Maipo está bajo algún régimen de protección oficial, y no hay mecanismos formales de gobernanza ni una estructura establecida para articular su gestión.
El Fondo de Agua de Santiago mejorará y protegerá fuentes de agua clave en el “mediterráneo” chileno, usando soluciones naturales y fuentes sostenibles de financiamiento, lo que contribuirá a la creación de ciudades resilientes frente a la creciente vulnerabilidad por el cambio climático. Restauraremos los humedales de los Altos Andes, así como los bosques y las riveras de la cuenca del Maipo, para mejorar la calidad y cantidad de agua que llega a los siete millones de habitantes de Santiago.
Con el conocimiento y la ciencia que TNC puede aportar y el modelo de Fondo de Agua, la ciudad de Santiago podrá invertir colectivamente en la conservación de largo plazo de la cuenca del Maipo, generando un mayor consenso sobre la gestión de la región, articulando esfuerzos públicos y privados. El Fondo de Agua de Santiago demostrará que las soluciones basadas en la naturaleza mejoran la calidad y disponibilidad del agua para la gente, al tiempo que ayudan a conservar la biodiversidad, a capturar y almacenar carbono, a construir comunidades más resilientes ante el clima y a reducir los costos de tratamiento de aguas.
El Fondo de Agua de Santiago prestará apoyo a la estrategia de ciudades resilientes de Chile y promoverá la conservación basada en ciencia de lugares naturales de especial importancia, como el humedal de Batuco, al norte de la capital, o la cuenca del río Limari.