Proporcionar agua y alimentos de forma sostenible
Sueños de Cebada
Un pueblo de Arizona apuesta por la cerveza para ahorrar agua.
Por Jenny Rogers, Editora Asociada y Escritora, Nature Conservancy Magazine
Kim Schonek se encuentra al borde del campo de cebada, manteniéndose cautelosa por una serpiente de cascabel que vio en las cercanías el otro día. La suave y verde cebada se encuentra a la altura del pecho, balanceándose en los cálidos vientos del Verde Valley. En una semana, comenzará a secarse bajo el sol de junio de Arizona.
“Pronto serán oleadas de granos ámbar,” lo dice con una sonrisa. Todos hacen esa broma por aquí, en el pequeño pueblo de Camp Verde. La cebada, en esta región llena de alfalfa y maíz de campo, se ha convertido últimamente en el tema principal del pueblo.
Camp Verde se sitúa en medio del Verde Valley de Arizona, un tramo semi árido de tierras de cultivo, viñedos y caballos al norte de Phoenix y al sur de Flagstaff y el Gran Cañón. Su alma, el Verde River de 190 millas, corta un exuberante camino a través del desert valley en su camino hacia el Salt River, que a su vez proporciona una porción del agua potable al rápido crecimiento de Phoenix.
El Verde es una gema en un estado famoso por sus desiertos: un Río Salvaje y Pintoresco designado por más de 40 millas. Razorback suckers y Colorado pikeminnow, ambos peces en peligro de extinción, nadan aquí en aguas ondulantes sombreadas por álamos y sauces. Es uno de los últimos ríos en Arizona que todavía corren todo el año—excepto que últimamente, algunas veces, no lo hace.
Siete principales canales de riego—“cunetas” para los lugareños—desvían agua desde el río hasta las granjas, ranchos y, cada vez más, céspedes residenciales. Pero el riego combinado con las sequías, una población creciente y la proliferación de pozos de agua subterránea se ha vuelto demasiado: El Verde se ha secado en algunos tramos en los años recientes, poniendo en peligro a peces y granjas por igual.
Plantar Cebada para Salvar el Río
Schonek, director de programas de The Nature Conservancy, se instaló en Camp Verde en 2008 para encontrar maneras en que los granjeros y residentes del Verde Valley puedan mantener al río fluyendo. Lo que está pasando aquí en el Valley es un microcosmos de los problemas que las comunidades están enfrentando a lo largo de la cuenca seca del Río Colorado: la lucha por crecer económicamente y construir nuevas industrias, al mismo tiempo que mantener las culturas agrícolas y ganaderas familiares que han existido por generaciones, y hacerlo en medio de las limitaciones de un suministro de agua cada vez más escaso.
En Camp Verde, a instancias de Schonek, un conjunto poco común de granjeros, conservacionistas y empresarios locales están apostando por la cebada como una forma para enhebrar esta aguja.
Por tres años la empresa agrícola más grande del pueblo, el negocio familiar Hauser & Hauser Farms, ha estado plantando cebada en vez de alfalfa o maíz de campo en una sección de sus tierras. La cebada, destinada a la producción de cerveza, usa cerca de un acre-pie de agua por año, en comparación con los dos acres-pie de maíz y los cuatro del alfalfa. Y la cebada no necesita el agua en el verano alto, sino en primavera, cuando el Verde River corre rápido y profundo.
Pero para que este experimento de cambio de cultivos tenga éxito y se extienda, los agricultores necesitan de alguien dispuesto a maltear la cebada, y luego, alguien dispuesto a comprar la cebada y preparar la cerveza. Es una apuesta grande y hay mucho en juego. Alguien podría retirarse del negocio y el castillo de naipes colapsaría. Pero Schonek, parado al borde de ese campo fresco y prometedor de cebada, tiene confianza.
“Todo están corriendo riesgos,” ella dice. "Y tenemos mucha confianza uno en el otro". Eso debería ser suficiente.
Claudia Hauser pasa velozmente por uno de sus campos de maíz y por una hilera de retoños de nueces en un vehículo utilitario. Ella lleva puesta una gorra de baseball con el logo "FarmHer" en ella, de camino a checar la puerta de una zanja (una tablilla de metal que controla cuanta agua fluye del río a la granja).
Hauser y su esposo, Kevin, han dirigido Hauser & Hauser Farms por décadas. Se conocieron de niños y entablaron amistad desde adolescentes. Era tímida, asustada de caminar a la parada de autobús sola, comenta ella. Kevin era un chico granjero local que se saltaba clases para ofrecerle aventón. Se volvieron a encontrar años después y han cultivado juntos desde entonces, dice ella, y están ansiosos de asegurarse que sus hijos continúen cultivando en Camp Verde.
Los Hausers conocieron primero TNC hace más de una década, cuando comenzaron a trabajar juntos en proyectos de conservación del agua. En 2016 completaron una servidumbre ecológica juntos. Hauser dice que el acuerdo aseguraba que la tierra no sería subdividida, reduciendo el valor impositivo de la propiedad y aliviando la presión financiera sobre la familia.
"Los recolectores de hileras no ganan mucho dinero", dice ella. "Pero ahora, estamos bien." Hoy, los Hausers crecieron una variedad de cultivos, incluyendo maíz dulce (su especialidad), maíz de campo, alfalfa, y recientemente, cebada.
Hauser se detiene en la reja de la zanja, parece una pequeña presa, canalizando el agua hacia pequeñas rampas de concreto que la llevan a estanques de retención y a pequeños canales a lo largo de los campos de maíz. Tales zanjas atraviesan el Verde Valley y lo han hecho desde la década de 1860.
Hauser saca su teléfono y (a través de comandos en su pantalla) ajusta la cantidad de agua que fluye hacia el estanque de retención de la granja. "Este... es un punto de inflexión", dice, asintiendo a su teléfono. Anteriormente, ella tenía que caminar a través de los campos a las 2 am para girar una rueda oxidada para ajustar el agua. La automatización es uno de los experimentos para ahorrar agua en la granja como parte de la colaboración con Schonek y TNC.
De modo que, cuando Schonek se acercó a los Hausers en 2016 con otra idea (plantar cebada en vez de alfalfa o maíz de campo) los Hausers no lo tomaron a broma de inmediato. Hauser dice, "para un agricultor que tiene pagos de tierras y equipos, uno quiere cultivar lo que te dará más dinero". Un nuevo cultivo es un riesgo, especialmente uno sin un mercado establecido en la región.
Para disminuir el riesgo, TNC garantizó cierto precio para la primera cosecha de cebada. Eso convenció a los Hausers. "No podíamos perder," dice Claudia Hauser. "Quiero decir, podíamos seguir con alfalfa y maíz de campo, pero ¿dónde está la diversión en eso?"
En 2017, los Hausers plantaron una cosecha piloto de cebada en 14 acres. Al siguiente año plantaron 144 acres. En 2019, plantaron los 120 acres más productivos y cosecharon más cebada que en 2018.
Hauser espera que ayude al río. La escasez de agua siempre está en la mente del agricultor, dice ella. "Necesitamos asegurar que la vida de nuestra granja sea para siempre." Para hacerlo, dice Hauser, necesitan que el Verde siga fluyendo.
A Donde Va el Agua en el Verde River
El Verde River burbujea desde la tierra cerca de Paulden, Arizona, al noroeste de Camp Verde. La mayoría de los días, el río aquí es un goteo a través del pequeño cañón que ha cortado el valle seco. Cerca de allí, salen perros de las praderas de sus hoyos y un berrendo se queda cerca de las ruinas de un antiguo pabellón de caza de patos. Unas cuantas millas río abajo, el río correo a través de un amplio cañón, pasando una roca cubierta de petroglifos.
La vertiente del Verde, y la mayoría de Arizona, es parte de la cuenca del Río Colorado; un tramo de tierra que cruza siete estados de Estados Unidos de América y dos estados de México que desembocan en el Colorado. Hoy en día, el río rara vez llega a la desembocadura del Golfo de California. Se ha asignado más agua a agricultores y otros usuarios que la que realmente existe en su tallo principal la mayoría de los años.
Toda la cuenca, dice Aaron Derwinson, quien trabaja en proyectos de agua en la cuenca para TNC, está enfrentando ahora una "tormenta perfecta"; la sobreasignación, la sequía de largo plazo, y una mayor demanda de agua han llegado a un punto crítico. Y no es solamente el agua en el río la que importa. Agricultores y residentes han recurrido al bombeo de agua subterránea, que a su vez afecta a los afluentes alimentados por manantiales. "Toda agua está conectada a la cuenca," dice él.
Esta dinámica es evidente en el Verde Valley. La agricultura utiliza una gran porción del agua superficial, como lo ha hecho por décadas. Mientras tanto, el número de pozos de agua subterránea en el valle ha crecido de 250 en 1950 a más de 8,900 actualmente.
Lo que es verdad para el Verde es verdad a lo largo de la cuenca de Colorado: A medida que los pozos succionan agua del suelo, y procesos de agricultura y ganadería continúan sacando el agua superficial, los ríos algunas veces no fluyen, y granjeros y ciudades usando agua de río pueden tener que recurrir a otros lugares.
Cómo la Conservación del Río Apoya a los Negocios Locales
Chip Norton está estudiando las hojas de cálculo en un almacén indescriptible lleno de cubas de plata y bolsas de grano que dan hasta el techo en Camp Verde. Él preferiría hacer kayak en el Verde River con una cerveza en mano. "Me encanta ir a remar en el Verde River en verano," dice él. "Cuando hay suficiente agua para flotar un bote".
Norton comenzó a hacer voluntariado con TNC después de retirarse hace una década, quitando plantas invasores de la orilla del Verde. Era un escalador y un guía de rafting. Cuando él y su esposa decidieron dejar de escalar, comenta, "nos retiramos a correr maratones".
Aún así, Norton estaba ansioso por un nuevo proyecto. Cuando le dijo a su amiga Schonek mientras tomaban unas cervezas, que estaba considerando abrir una cervecería, ella le dijo que había estado reflexionando sobre una idea propia: haciendo que agricultores planten granos menos sedientos, como la cebada en vez de maíz y alfalfa. ¿Podrían juntar sus ideas?
La cebada es un ingrediente clave para la cerveza, junto con el lúpulo y agua. Pero para ser útil para un cervecero, la cebada cosechada debe estar malteada, el cual es un proceso que esencialmente prepara el grano para fermentación y hace que tenga un sabor un poco más a nuez. Y para un cervecero artesanal, cebada cultivada y malteada en las cercanías es atractiva por su comerciabilidad y por su costo de transporte reducido. Pero no había una casa de malta en Arizona.
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Después de más lluvia de ideas, Schonek y Norton aterrizaron en su respuesta: ¿Qué tal una casa de malta?
A Norton le gustó la idea. Estableció Sinagua Malt como una compañía de beneficio público en 2017 para procesar el grano que viniera de Camp Verde, usando sus propios ahorros e inversión de TNC para construir el negocio. Ahora dirige la casa de malta pro bono fuera de un almacén cerca de la salida I-17 hacia Camp Verde. El letrero afuera todavía dice Auto-Body de Vince correspondiente al dueño pasado.
Hoy Norton está apurado. Él y sus asistentes tienen que terminar de procesar la cebada del último año antes de que el de este año sea cosechado en dos semanas. La casa de malta está operando a su máxima capacidad. La demanda pide que la casa de malta opere a cuatro veces su capacidad actual, dice él. Le gustaría al menos duplicarla en 2020. Este año, cerveceros artesanales dentro de un radio de 100 millas del Sinagua Malt están comprando toda la cebada que tiene.
Es un jueves soleado de junio en la Arizona Wilderness Brewing Company en el centro de Phoenix. Los señores en el patio (el cual usa agua reciclada) acaban de entrar y los dos fundadores, Jonathan Buford y Patrick Ware, están descansando bajo el rocío, platicando con Kim Schonek sobre traer su cerveza a un próximo evento para apoyar ríos sustentables.
La compañía cervecera compró la mayor parte de la cebada malteada por los Hausers y Norton: en 2018, cuando los Hausers plantaron 133 acres de cebada, el cultivo produjo más de 253,000 pintas de cerveza. En 2019 produjo más de 1 millón de pintas.
La Arizona Wilderness paga más por el grano que la tarifa actual cobrada por grandes productores comerciales. Pero los fundadores dicen que la sustentabilidad y el sabor distintivo de la cebada son esenciales a su marca.
Los dos parecen familiares del guitarrista de ZZ Top, con barba larga y lentes de sol. Abrieron la cervecera en 2014 en Gilbert, Arizona, y en 2019 su local en el centro de Phoenix. Casi todo su negocio, como la mayoría de sus ingredientes, son locales.
Schonek sostiene un pack de cuatro que quiere comprar. Unos días antes, Claudia Hauser probó la cerveza, es un gose de sandía hecho de sandías que su hijo cultivó, y le encantó. Schonek quiere comprar más para repartir en el pueblo. Predicando el cambio de cultivo para salvar un río podría ir más sutilmente con una cerveza fría.
Ella está avanzando un poco. En las tierras cercanas de la Nación Apache Yavapai, los Yavapai plantaron una variedad de centeno de herencia. Llamada gacela centeno, usa agua más temprano en la temporada de crecimiento que el maíz, como la cebada. Panaderos artesanales lo valoran por su sabor distintivo.
Mientras tanto, el equipo de Derwingson está lanzando una empresa similar en Colorado, esta vez enfocada en cambiar una pastura irrigada por una variedad tradicional de manzana. Derwingson dice que el cambio de cultivo nunca será una solución definitiva para todos los problemas de agua en la cuenca del Colorado River, pero se convertirá en una de las opciones que TNC sugiere a medida que las comunidades se enfrentan con sus suministros de agua estresados.
De vuelta en el patio de la cervecería, la siempre práctica Schonek mantiene una conversación constante sobre qué pasará después: ¿La cosecha será en tiempo?¿Vendrán las lluvias?¿Las cosechadoras funcionarán como deben?¿El Verde se secará este año?
En 2018, el proyecto de cambio de cultivo redujo la demanda de agua en el Verde River por 78.5 millones de galones. Si todo sale como lo planeado, se ahorrará tanta agua cada año que la casa de malta esté en operación.
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El año siguiente además pondrá a prueba el joven proyecto: por primera vez, TNC no garantizará el precio de la cebada. Si los Hausers plantan el cultivo, Norton lo procesa, y cerveceros lo compran (y todos ganan dinero) Schonek sabrá que el proyecto es financieramente viable.
Schonek dice, “Hubo momentos en los que todo esto se pudo caer a pedazos. Y hubiera sido terrible, pero hemos pasado el punto donde, no sé si esto se sentirá tan exitoso dentro de 10 años (a como se siente ahora), pero sé que será algo."
Para la segunda semana de junio en Camp Verde la cebada ha comenzado a dorarse y el sol golpea con fuerza el valle.
Chip Norton, un jubilado no completamente retirado, ha tomado un descanso del almacén para dirigirse hacia el río. En la orilla, abre una lata de cerveza y la pone en su chaleco salvavidas, justo abajo de su barbilla.
Dos perros y un niño juegan en el río mientras una madre observa. Norton saluda y arrastra su kayak hacia el Verde.
Norton quería un proyecto de retiro pero terminó con una compañía. Quería hacer kayak en este río todo el año, y terminó dirigiendo una casa de malta.
Río abajo navega unos cuantos rápidos antes de que el sol comience a ponerse. Murciélagos despiertan de sus sueños, buscando insectos en la superficie del agua, el latigazo de sus alas está tan cerca que puede sentir pequeñas bocanadas de aire cuando pasan. Una nutria de río golpea el bote de Norton y emerge a su lado. Norton río, levanta la cerveza de su chaleco y toma un sorbo.
Nota del Editor: Durante el proceso de publicación, Kevin Hauser falleció, en casa con su familia. Él es una parte vital de la historia del Verde River, y nosotros honramos su memoria.