Mejores prácticas para el cumplimiento de las metas 30x30

Aquí van algunos mensajes clave: 

Se debe tener una visión estratégica sobre qué protegemos y cómo.

Los enfoques tradicionales sobre la conservación han llevado a la creación de parques y otras áreas protegidas magníficos, pero la selección de sitios a menudo ha sido a medida, de arriba hacia abajo y oportunista, en vez de estar basada en objetivos estratégicos de biodiversidad, buenos datos y una conservación socialmente incluyente. 

En adelante los esfuerzos de protección deberán enfocarse en áreas grandes que, en conjunto, sean ecológicamente representativas de toda la diversidad natural. Deberán incluir lugares que ofrezcan servicios ambientales valiosos y deberán estar bien conectados con corredores para mejorar su resiliencia al cambio climático y evitar la creación de islas ecológicas. El trabajo de protección deberá también considerar áreas que no son formalmente manejadas para la conservación, como las tierras comunitarias e indígenas, que pueden tener beneficios directos y significativos para la vida silvestre y los ecosistemas.  

Necesitamos una gestión de áreas protegidas que funcione.

Sin una buena gestión las áreas protegidas son solamente líneas en el papel. Mejorar y mantener la efectividad en la gestión, asegurar el apoyo y la participación locales y el financiamiento de largo plazo para su manejo será clave para garantizar que la conservación es lo suficientemente duradera como para dudar a perpetuidad. 

En las grandes extensiones conservadas de Bután, por ejemplo, la efectividad del manejo se veía impedida por recursos limitados, así como por huecos en el monitoreo y en datos de investigación. Un enfoque de financiamiento de proyectos para la permanencia estableció una estructura legal y financiera para financiar el manejo a largo plazo. Este modelo se replica ahora en otros países a través de la alianza Enduring Earth .

También debemos elegir la estrategia de manejo correcta para cada lugar, reduciendo las presiones externas sobre las áreas de conservación y trabajando con los pueblos indígenas y comunidades locales como guardianes, fuentes de conocimiento y beneficiarios. Los esfuerzos por proteger y apoyar estas áreas deberán incluir marcos legales que confirmen los derechos locales de tenencia de la tierra y las fronteras de protección. 

La importancia de las estrategias de conservación socialmente incluyentes ha sido demostrada una y otra vez en todo el mundo. Los proyectos que incluyen a los pueblos indígenas y las comunidades locales en roles prominentes de toma de decisiones tienen un éxito notablemente mayor que aquellas en las que entidades externas se imponen sobre el control local. Lograr las metas del 30x30 sólo será posible con ayuda de los pueblos indígenas y las comunidades locales que en conjunto manejan una porción importante de los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce. 

Ya es hora de usar nuevas herramientas.

Las áreas protegidas son parte de una matriz de acciones mucho más amplia necesaria para conservar un mínimo de 30 por ciento del mundo natural para finales de esta década. Las políticas para reducir el tráfico de especies silvestres y la extracción de recursos naturales, reducir la contaminación y mitigar el cambio climático mejorarían significativamente su éxito. Más aún, establecer estructuras de pagos que reconozcan los beneficios de las áreas naturales para la sociedad humana —desde el suministro de agua potable hasta la captura de carbono y la mitigación de desastres naturales, como los incendios y los huracanes— puede atraer fuentes de financiamiento para la conservación y gestión de áreas protegidas.

Las metas del 30x30 son vitales para el futuro de toda la vida sobre la tierra, incluyendo la nuestra. Estas metas son audaces y no tienen precedentes en su escala, pero se pueden alcanzar a través de esfuerzos coordinados y colaborativos que se basen en estas mejores prácticas. TNC está comprometida con el objetivo de 30x30 como marco de acción para la protección en adelante.