El Gran Agujero Azul es un círculo de un azul más oscuro frente a la costa de Belice.
Perspectivas

Logros azules

Un enfoque pionero de la conservación marina puesto a prueba en Seychelles obtiene un nuevo éxito en Belice.

Por Julian Smith, escritor independiente

Bucear en los caleidoscópicos arrecifes de la Reserva Marina de Hol Chan, a solo 15 minutos en avión de Ciudad de Belice, es como adentrarse en un documental de naturaleza submarina digno de un Oscar. Las tortugas marinas y las rayas águila manchadas pasan silenciosamente, mientras los peces loro arco iris mordisquean las algas de las ramas de coral sano. Un tiburón nodriza de más de un metro ronda cerca, mientras en el fondo de un pequeño cañón —Hol Chan significa “pequeño canal” en maya— dos cangrejos de coral machos se enfrentan como gladiadores.

Hol Chan es la estrella brillante de la infinidad de maravillas marinas de Belice y uno de sus destinos turísticos más concurridos, pero es solo una pequeña parte de la barrera de arrecifes más larga del hemisferio occidental. Con cientos de atolones y cayos, los 400 kilómetros de costa de Belice albergan más de 500 tipos de peces y 3 especies de tortugas marinas amenazadas. A lo largo de la costa, manglares, lagunas y estuarios dan refugio a manatíes antillanos y cocodrilos americanos.

Un buzo nada junto a la barrera de coral de Belice.
BUCEO PROFUNDO La barrera arrecifal de 300 km de Belice cuenta con puntos de inmersión de primera categoría como Mermaid’s Lair (en la foto), frente al cayo Ambergris.

Aunque una porción de la barrera de arrecifes fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996, todo el arrecife es vulnerable a los efectos del cambio climático, y la mayor parte también está sometida a una presión cada vez mayor por la sobrepesca y el desarrollo cercano. En 2020, la deuda pública de Belice había alcanzado los USD 1.500 millones —mayor que el PIB del país—, lo que dificultaba reservar dinero para la protección del medio ambiente.

La COVID-19 solo empeoró las cosas. Las visitas a Hol Chan han caído drásticamente desde 2019. Dado que las entradas cubren la mayor parte de las operaciones de los parques, el plantel de guardas se ha reducido de 15 a 11 (en un momento dado el año pasado solo había 5). Antes de la pandemia, los tesoros marinos del parque estaban vigilados las 24 horas del día; ahora, solo hay guardas disponibles de 5 de la mañana a 8 de la noche.

Belice necesitaba una solución que preservara su capital natural y reactivara las industrias que dependen de él. El gobierno se fijó en una operación financiera probada por The Nature Conservancy en el Océano Índico unos años antes. Si ese revolucionario modelo de conservación marina pudiera adoptarse en las costas caribeñas de Belice, se reestructuraría la deuda del país, liberando decenas de millones de dólares para proteger sus recursos costeros y marinos, una perspectiva transformadora para un país donde casi el 50% de la población depende del océano para su alimentación y empleo.

A map of Belize shows offshore conservation projects.
PAÍS CARIBEÑO Situado en la costa nororiental de América Central, Belice está protegido por cientos de islas bajas conocidas como cayos y la inmensa barrera del Arrecife Mesoamericano. © © Especialistas en cartografía

The Nature Conservancy cerró su primera transacción de deuda por océanos en 2016 con la República de Seychelles, una lejana nación insular a 1.600 kilómetros de la costa oriental de África. TNC creó un mecanismo financiero, que más tarde se convertiría en el pilar de su programa Bonos Azules para la Conservación de los Océanos, con el fin de ayudar a Seychelles a asegurar un financiamiento a largo plazo para la conservación marina. TNC trabajó con el país y sus acreedores para ayudar a reducir la tasa de financiamiento de parte de la deuda nacional y contribuyó a encontrar subvenciones internacionales que respaldasen aún más la transacción.

A cambio, el país se comprometió a proteger al menos el 30% de su territorio marino y destina parte de sus ahorros anuales por el pago de la deuda al manejo de la conservación. Es como si un banco accediera a refinanciar una casa si el propietario promete destinar los ahorros a mejoras, pero a escala nacional.

Una gorgonia morada en Mermaid's Lair en Ambergris Caye.
JARDÍN SUBMARINO La biodiversidad marina, como el coral cuerno de ciervo fusionado y las gorgonias púrpuras (en la foto, en el cayo Laughing Bird), atrae cada año a cientos de miles de turistas a Belice

En Seychelles, el programa ha sido un éxito rotundo. La reestructuración de la deuda de USD 22 millones ha generado hasta USD 430.000 anuales para la conservación marina y la adaptación al cambio climático. En menos de cinco años, el país ha conseguido manejar y proteger casi 400.000 kilómetros cuadrados de océano, una superficie mayor que la de Alemania. El país ha aplicado una amplia escala de restricciones a estas aguas, que incluyen nuevas reservas marinas, lugares exclusivos para el buceo, zonas de prohibición de pesca y áreas que solo están abiertas a la pesca comunitaria.

Belice era una elección natural para el próximo Bono Azul, dice Julie Robinson, directora de programas de TNC en Belice, que pasó gran parte de su infancia en la ciudad de San Pedro, en el cayo Ambergris, la puerta de entrada a Hol Chan. “Desde que tengo uso de razón, he estado en el agua explorando las praderas marinas, los arrecifes y los manglares”, dice. “Tenía 6 años cuando decidí que quería dedicar mi vida a proteger la vida marina”.

Tales sentimientos son comunes entre los ciudadanos de Belice. “Tenemos una conexión muy fuerte con la naturaleza”, dice Robinson. “Estamos orgullosos de nuestro país; todo el mundo lo llama ‘La Joya’”.

Innovar estrategias para conservar su deslumbrante biodiversidad terrestre y acuática no es nada nuevo para Belice. Fue el primer país de América Central en designar un Área Marina Protegida, con la creación del Monumento Natural Cayo Half Moon en 1982. También fue el primero en firmar un canje de deuda por naturaleza subvencionado, un acuerdo concluido en 2001 que canceló USD 8,5 millones en préstamos pendientes y protegió 9.300 hectáreas de sus selvas tropicales.

Un denso campo de coral cuerno de ciervo está justo debajo del agua.
REAPARICIÓN DEL CORAL Los corales cuerno de ciervo crecen densos en un punto de inmersión cerca del cayo Laughing Bird. La organización sin fines de lucro Fragments of Hope ha plantado aquí casi 90.000 corales desde 2006.

Quote: Kirah Forman-Castillo

Este acuerdo no consiste solo en lucir bien sobre el papel. En última instancia, debe beneficiar tanto al medio ambiente marino como a las comunidades locales para ayudar a crear resiliencia frente al cambio climático

Directora técnica y bióloga, Hol Chan

Llevar a escala la conservación del océano de Belice era el siguiente paso, afirma Robinson. Casi la mitad de la población del país vive en comunidades costeras, que dependen de los ecosistemas marinos para obtener ingresos, alimentos y protección contra las inundaciones. El turismo representa el 40% de la economía del país, y se calcula que una cuarta parte depende solo de los arrecifes de coral. Sin embargo, el presupuesto anual para hacer cumplir las leyes medioambientales y ampliar las áreas protegidas ha sido menos de USD 1 millón.

Para reforzar la economía nacional y resolver al mismo tiempo ese déficit de financiamiento, el Gobierno de Belice comenzó en 2010 las conversaciones iniciales con TNC en torno a una reestructuración de la deuda para la conservación marina. El camino no fue fácil, las negociaciones se estancaron y el modelo se llevó a Seychelles, pero una década después, con Robinson al timón, las conversaciones se reanudaron en serio. Finalmente, en noviembre de 2021, TNC, junto con el banco internacional de inversiones Credit Suisse y la Corporación Financiera de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, ayudó a reestructurar USD 553 millones de la deuda del país, reduciendo finalmente el principal en USD 250 millones en el proceso. A lo largo de los próximos 20 años, a medida que Belice vaya amortizando su nuevo préstamo, de plazo más favorable, se espera que los ahorros generen USD 180 millones para apoyar la conservación marina en el país. Una dotación creada a través de la transacción está destinada a financiar la protección marina una vez reembolsado el préstamo.

Junto con los cambios políticos a gran escala, el Bono Azul también permitirá disponer de más dinero sobre el terreno para apoyar iniciativas comunitarias que promuevan la economía marina de Belice. Un modelo de lo que podrían ser estos proyectos flota justo bajo la superficie del agua, a 29 kilómetros de la ciudad costera de Placencia. Siete armazones cuadrados de madera, de 15 metros de lado, están sujetos por cables al fondo arenoso poco profundo. Las largas cuerdas que atraviesan los bastidores están forradas con marañas de Eucheuma isiforme, un tipo de alga que los beliceños utilizan en la cocina y como ingrediente en ponches y batidos. Este cultivo sostenible de algas está manejado por la Asociación de Mujeres Cultivadoras de Algas Marinas de Belice (BWSFA, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro fundada en 2019.

“Buscábamos medios de subsistencia suplementarios porque ya no podemos depender de la pesca ni del turismo, debido al cambio climático y al agotamiento de las poblaciones de peces”, explica Mariko Wallen, presidenta de la BWSFA. “Decidimos encontrar una forma de empoderarnos”.

Coral cuerno de alce bajo agua azul brillante.
MAJESTAD MARINA El coral cuerno de alce crece en el atolón Lighthouse Reef, en Belice. © Shireen Rahimi

TNC ayudó al grupo a establecer un curso de cultivo de algas y utilizó imágenes por satélite para determinar los mejores lugares para los cultivos, que también proporcionan hábitat para especies de importancia ecológica y valor comercial como el pargo, la langosta espinosa y el caracol.

Wallen espera que la BWSFA pueda beneficiarse directamente del Bono Azul accediendo a financiamiento para ampliar los cultivos, abrir una rama empresarial para la comercialización y desarrollar productos como lociones, acondicionadores, jabones y cosméticos que algún día podrían venderse en el extranjero.

Quote: Julie Robinson

Estamos orgullosos de nuestro país; todo el mundo lo llama ‘La Joya’

Directora de programas de TNC en Belice

Algunos ciudadanos, como Wallen, verán el Bono Azul como una gran ayuda para su medio de vida basado en el océano, pero 18 meses de confidencialidad en torno al acuerdo —para evitar que subiera el precio del Bono Azul antes de que se llegara a un acuerdo— requieren cierto trabajo de relaciones públicas para convencer a los demás. “Tenemos que ser capaces de mostrar a la gente cómo se benefician directamente de ello”, dice Robinson. Para disipar posibles temores de que el acuerdo provoque que una mayor parte del océano quede fuera del alcance de los beliceños, TNC está divulgando la noticia mediante sesiones informativas, la producción de videos educativos y la contratación de nuevo personal dedicado a interactuar con las partes interesadas.

Los aportes de la comunidad son una parte importante del modo en que el gobierno determinará los tipos de protecciones que se pondrán en marcha. El objetivo no es privar a las comunidades de los recursos marinos que necesitan para alimentarse o para el turismo, sino garantizar la protección de suficientes áreas para que todo el sistema sea más sostenible. 

Belice es muy vulnerable a la subida del nivel del mar, por lo que el tiempo corre en su contra. Pero el Primer Ministro Juan Antonio Briceño afirma que Belice está comprometido. “Es lo que se debe hacer”, afirma. “Teníamos que hacer algo más que seguir dándole largas al asunto”.

Y Belice está haciendo algo más que avanzar en la conservación a escala nacional. Su Bono Azul está inspirando a otros gobiernos a trabajar con TNC en soluciones similares de deuda sostenible. Mientras los grupos conservacionistas y los gobiernos estudian estrategias para proteger el 30% de las tierras y aguas del mundo de aquí a 2030, muchas naciones costeras e insulares han manifestado su interés por manejar sus recursos marinos, pero no cuentan con el presupuesto para hacerlo. Hay otros acuerdos en preparación en el Caribe, África, América Latina y el Pacífico.

Un tiburón nodriza nada a lo largo de un arrecife.
SOBERANO DEL ARRECIFE

Un tiburón nodriza patrulla un arrecife cerca de Mermaid’s Lair, frente a San Pedro.

El Bono Azul demuestra que es posible equilibrar el desarrollo económico y la conservación de un modo que beneficie a todos, afirma Briceño. “Tenemos la responsabilidad ante el planeta y las generaciones futuras de intentar conservar todo lo que podamos. Por eso es tan emocionante: podemos demostrar que la conservación es un buen negocio y que puede tener un impacto directo en las personas más afectadas por el cambio climático”.


Nota del Editor: En septiembre de 2022, luego de la publicación de este artículo, TNC anunció su tercer proyecto de Bonos Azules: una transacción que refinancia USD 150 millones de la deuda de Barbados y libera unos USD 50 millones para proteger aproximadamente el 30% de su océano. Lee más sobre la misma AQUÍ