Los parques urbanos ayudan a la salud pública en las ciudades.

Perspectivas

Financiamiento de árboles en pos de la salud

Imagina si hubiera una sola acción que pudieran llevar a cabo los líderes de las ciudades para reducir la obesidad y la depresión, mejorar la productividad, impulsar los resultados educativos y reducir la incidencia del asma y de las enfermedades coronarias entre sus residentes. 

Los árboles urbanos ofrecen todos estos beneficios y más.

Aun así, las ciudades estadounidenses gastan menos de una tercera parte de los presupuestos municipales en la plantación y el mantenimiento de árboles y, como resultado, las ciudades de los Estados Unidos están perdiendo 4 millones de árboles al año.

Una nueva documentación técnica, elaborada por The Nature Conservancy (en adelante, TNC) con aportes de The Trust for Public Land y Analysis Group, identifica a los árboles de las aceras como una de las estrategias más ignoradas para la mejora de la salud pública en nuestras ciudades. 

“Durante mucho tiempo, hemos visto árboles y parques como lugares de lujo, pero acercar la naturaleza a nuestras ciudades es una estrategia esencial para mejorar la salud pública” dijo Rob McDonald, científico principal para las ciudades globales en TNC y primer autor de la documentación.

Quote: Rob McDonald

La comunicación y coordinación entre los parques, los departamentos de forestación y salud pública es escasa. Cambiar esta dinámica revelaría nuevas fuentes de financiamiento para la plantación y el mantenimiento de los árboles.

Científico Principal, Ciudades Globales, TNC

Cada año, entre 3 y 4 millones de personas alrededor del mundo muere como resultado de la contaminación del aire y sus impactos a lo largo de la vida en la salud humana, desde asma hasta enfermedades cardiacas hasta accidentes cerebrovasculares. Cada verano, miles de muertes innecesarias son consecuencia de las olas de calor en las zonas urbanas. Los estudios demostraron que los árboles constituyen una solución costo-beneficio para ambos desafíos. 

Aun así, la inversión en la plantación de nuevos árboles —o al menos para el cuidado de aquellos que existen— está perpetuamente subfinanciada. A pesar de la evidencia abrumadora, las ciudades gastan hoy, en promedio, menos en árboles que en décadas pasadas.

Mejorando la salud pública Los árboles reducen los contaminantes que pueden exacerbar el asma y otras enfermedades.

Y con frecuencia, la presencia o ausencia de naturaleza urbana —y sus beneficios— está sujeta al nivel de ingresos del vecindario, lo que resulta en desigualdades de salud dramáticas. En algunas ciudades estadounidenses, la expectativa de vida en diferentes vecindarios, ubicados a pocos kilómetros una de otra, puede variar hasta en una década. No toda esta disparidad en salud está relacionada con la cubierta arbórea, pero los investigadores están descubriendo cada vez más que los vecindarios con menos árboles tienen peores resultados médicos, por lo tanto la desigualdad en el acceso a la naturaleza urbana empeora la desigualdad de salud.

La documentación científica calcula que gastando solo USD 8 por persona por año, en promedio, una ciudad estadounidense podría cumplir con la brecha de financiamiento y detener la pérdida de árboles urbanos y todos sus beneficios potenciales. La clave, dice McDonald, está en conectar los resultados de la salud pública con los árboles urbanos. La comunicación y la coordinación entre los parques de la ciudad, los departamentos de forestación y de salud pública son escasas. Cambiar esta dinámica podría revelar nuevas fuentes de financiamiento para la plantación y el mantenimiento de los árboles.

 

 

Árboles urbanos Los árboles son un componente esencial de una comunidad habitable.

La documentación científica ofrece varios ejemplos específicos de alianzas innovadoras del sector público e inversiones del sector privado que resaltan el valor social de los árboles urbanos. Sin embargo, los líderes municipales en las comunidades de todos los tamaños pueden comenzar a abordar los desafíos significativos de la salud pensando creativamente en el papel de la naturaleza en las ciudades y en los pueblos:

  • Establecer códigos para definir espacios abiertos mínimos o superficies de edificaciones máximas para nuevos desarrollos.
  • Implementar políticas para incentivar la plantación privada de árboles.
  • Cambiar la estructura municipal para facilitar que los diversos departamentos –como las agencias de salud pública o medioambiental– colaboren.
  • Vincular el financiamiento de árboles y parques a los objetivos de salud.
  • Invertir tiempo y esfuerzo en educar a los habitantes sobre los beneficios tangibles en salud pública y el impacto económico de los árboles.

Resources

  • Sembrando aire sano

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