Cuando cuidamos del océano, el océano cuida de nosotros. Piensa en el océano como el corazón del planeta. Bombea oxígeno, nutrientes, agua y ;regula las condiciones meteorológicas a lo largo del mundo. Y, al igual que tu corazón, un océano sano te mantiene saludable.
Cuando la pesca desmedida, la contaminación por plástico, el cambio climático y otros factores amenazan la salud del océano, las repercusiones de estos riesgos se extienden por todas partes. Y no solo a lo largo de las costas, sino alrededor del mundo. Debemos priorizar la salud del océano para que pueda sostenernos.
Sumérgete en algunos de los muchos beneficios que el océano te aporta a ti y a todos tus allegados:
1. El océano provee alimentos saludables a personas de todo el mundo.
Sin importar qué vayas a comer, puedes agradecérselo al océano. Los alimentos marinos aportan proteínas saludables a personas de todo el planeta… Sin embargo, el papel que juega el océano sobre la comida es aún más importante.
Prácticamente todas las plantas y animales del planeta subsisten gracias al ciclo del agua, impulsado en gran parte por el océano. Esta transferencia de agua, viento y condiciones meteorológicas genera circunstancias fiables para cultivar alimentos, desde granos de café en Colombia hasta arroz en el sudeste asiático.
Pero para conservar la salud del océano, debemos abastecernos de alimentos marinos de forma sostenible. Es posible aliviar la presión sobre el atún y otros peces y restaurar la salud del océano. También podemos aplicar buenas prácticas de acuicultura para producir mariscos, camarones y algas en maneras compatibles con la salud del océano y la alimentación de un planeta hambriento.
2. El océano aporta la mitad del oxígeno de la Tierra.
Y, si te gusta la comida, apuesto a que te encanta respirar. Muy bien, respira hondo y agradécele al océano… y también al plancton, claro. La capa superior del océano está cargada de plancton: las diminutas algas, bacterias, plantas y demás seres vivos que utilizan la fotosíntesis y generan oxígeno en el proceso.
Y aquí tienes un dato curioso para el próximo concurso de preguntas y respuestas: una especie minúscula de bacteria, Prochlorococcus, es tan abundante que, según calculan los científicos, produce el 20 % de todo el oxígeno del planeta. Eso es una de cada cinco inspiraciones.
META MUNDIAL 2030: Proteger el 30 % de los océanos
TNC apoya la meta mundial de proteger el 30 % de los océanos, las tierras y el agua dulce del planeta para 2030. Como parte de esta iniciativa, para 2030 TNC tiene la intención de conservar 4000 millones de hectáreas (más del 10 % de los océanos del mundo) beneficiando a la vez a 100 millones de personas en grave riesgo de sufrir emergencias relativas al clima.
3. El océano absorbe el calor y el dióxido de carbono y los mantiene fuera de la atmósfera.
El océano nos ayuda a vencer al calor en más de una manera. El mar es un aliado fundamental contra el cambio climático y sus efectos. Desde la Revolución Industrial, cuando los humanos comenzaron a liberar gases de efecto invernadero con rapidez, el océano ha absorbido cerca del 90 % del exceso de calor que llegó a nuestra atmósfera. Si no lo hubiera hecho, la temperatura del aire en la Tierra estaría aumentando aún más rápido.
Además, el océano absorbe dióxido de carbono (CO2), ayudando así a prevenir un calentamiento mayor. El carbono proveniente de la descomposición de los organismos cae al lecho oceánico y puede permanecer ahí durante miles de años. Hasta los hábitats costeros –como las praderas submarinas, las marismas saladas y los manglares– son magníficos para almacenar carbono. De hecho, estos hábitats de “carbono azul” pueden retener cinco veces más carbono por hectárea que las selvas tropicales.
Pero la capacidad del océano para absorber calor tiene sus límites. A medida que se acelera el cambio climático, el océano está pagando un precio muy alto: más acidez, menos oxígeno y amenazas a especies marinas y poblaciones en todas partes. Para seguir protegiéndonos, ¡necesita nuestra ayuda! Eso implica reducir las emisiones y eliminar gradualmente el uso de combustibles fósiles.
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Únete4. El océano regula nuestras condiciones meteorológicas.
Aunque no podemos pretender que el tiempo sea siempre perfecto, sin el océano las condiciones meteorológicas serían mucho menos estables.
Con sus corrientes, el océano es como una bomba gigante que mueve agua cálida y precipitaciones desde los trópicos hacia los polos, mientras que, en las profundidades, traslada agua fría desde los polos de regreso al ecuador.
Además, en las regiones más cálidas, a medida que la energía solar evapora el agua del océano, los vientos imperantes transportan nubes y tormentas por todo el planeta, donde producen lluvia. La mayor parte de las precipitaciones que caen en tierra –sobre ti o en tu jardín– tiene su origen en el océano.
5. Los hábitats oceánicos protegen a las comunidades costeras frente a las tormentas.
Los manglares, las praderas submarinas y las marismas saladas no solo almacenan carbono. Junto con los arrecifes y las dunas, desempeñan un papel crucial a la hora de proteger a las comunidades costeras de las tormentas, el aumento del nivel del mar y la erosión.
Los arrecifes de coral son expertos en defensa costera: un arrecife saludable puede absorber hasta el 97 % de la energía de una ola. Los manglares también son defensores costeros: los manglares de Florida, EE. UU., evitaron 1500 millones de dólares en daños directos por inundaciones y protegieron a más de 500 000 personas durante el huracán Irma en 2017.
De hecho, los manglares y arrecifes son tan eficaces para reducir el riesgo de inundación que algunas comunidades de México y Hawái han llegado a contratar pólizas de seguro a su favor. Aunque no vivas cerca de la costa, estas soluciones naturales ahorran dinero a todos los contribuyentes y aseguradoras, ya que reducen los costosos daños que puede sufrir la infraestructura crítica, como carreteras y edificios.
6. El océano proporciona medicamentos que nos mantienen sanos.
La asombrosa diversidad de vida en los océanos podría salvar tu vida algún día. Las complejas redes de interacción entre especies pueden generar una diversidad química enorme (piensa en la manera en que el pez payaso es inmune al veneno de las anémonas), lo que a su vez puede dar lugar a innovaciones en la medicina para los seres humanos.
Quizás ya conozcas la sangre azul del cangrejo herradura. Tiene una proteína llamada lisado amebocitario de Limulus que se usa para hacer pruebas en vacunas y otros productos médicos con el fin de detectar la presencia de bacterias nocivas, y que ha salvado a millones de personas de posibles infecciones o algo peor.
Los científicos descubren y prueban otros compuestos constantemente (enlace en inglés), desde algas diminutas de superficie hasta extraños organismos de las profundidades marinas. Algunos tunicados, esos extraños invertebrados marinos que quizás conozcas como ascidias, podrían ayudar a tratar cánceres de seno y ovario. Ciertos tipos de coral tienen compuestos que se emplean para tratar la leucemia. Se están probando otros compuestos para tratar la enfermedad de Alzheimer, el cáncer y el SIDA.
7. Los vientos oceánicos pueden generar energía renovable.
A medida que el mundo se aleja de los combustibles fósiles que provocan el cambio climático, la energía que utilizas en tu día a día provendrá cada vez más de fuentes renovables, como las fuentes solares y eólicas. Los vientos regulares y confiables de los océanos desempeñan un papel importante en esa combinación de energías renovables.
Cuando está bien ubicada (un detalle crucial), la energía eólica marina tiene un potencial enorme. En este momento, solo hay un puñado de turbinas eólicas marinas en aguas de los EE. UU. Pero, según algunos cálculos, para 2035 podría haber hasta 2000 frente a la costa atlántica. En conjunto, podrían generar suficiente energía renovable como para abastecer a 10 millones de hogares.
Los científicos de TNC y otros expertos oceánicos incluso están explorando maneras en que las turbinas eólicas marinas podrían crear un hábitat valioso para los peces y otros organismos marinos.
8. El océano ofrece fuentes de trabajo e impulsa la economía.
No importa donde trabajes, qué comas o lo que compres, el océano ha desempeñado un papel en tu vida financiera. Hoy en día, muchos dependemos de artículos que se fabrican en un lugar y se envían al extranjero. Y, por supuesto, en todo el mundo hay comunidades cuyos medios de vida dependen de la pesca, la acuicultura, el turismo y la recreación. La Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) valora la producción de la economía de los océanos de 2010 en 1,5 billones de dólares estadounidenses (enlace en inglés).
Solo en el Caribe, un estudio descubrió que conservar la salud de los arrecifes de coral generó miles de millones de dólares en ganancias para la industria turística, los gobiernos de las islas y las comunidades locales. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura calcula que 600 millones de personas dependen de las pesquerías o la acuicultura (enlace en inglés) al menos en parte para su sustento.
La mayoría de los trabajadores del océano son pequeños pescadores y acuicultores de países en desarrollo. Crear pesquerías sostenibles en lugares como Perú, Chile e Indonesia (enlace en inglés) garantizará la existencia de puestos de trabajo tanto en estos como en otros sitios de todo el mundo.
Para jóvenes y mayores, el océano y su costa inspiran la imaginación. Ciudad de Cagayán de Oro, Filipinas.
9. El océano nos inspira.
Con su enorme tamaño y poder, el océano es sobrecogedor. Nos genera alegría, asombro, temor y humildad (¿alguna vez te derribó una ola?). Activa todos nuestros sentidos. Contiene formas de vida tan extrañas y asombrosas que son difíciles de creer. Desde la época en que los humanos encontraron el océano por primera vez, la gente ha transmitido su mística en oleadas constantes de creatividad que nos enriquecen a todos. El océano está presente en la poesía, la literatura, la música, la danza, el cine, las artes visuales y en las historias de nuestra propia vida. El océano tiene algo que nos hace reflexionar. A medida que el horizonte se desdibuja, la vida cobra sentido. Ve al océano, admira su inmensidad y deja que te inspire.
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